Recuerdo el día en que tome esa fotografía hace ya más de 15 años, mejor dicho recuerdo cuando el chofer a cargo de ese patrullero me tomo la fotografía con mi cámara nueva...
Habiamos hecho un alto minutos antes de entregar la guardia, eran como las 7 de la mañana, le dije que me tome una foto porque queria tener un recuerdo de mi, por si algo salia mal. debía hacerle una pregunta antes de entregar la guardia.
-Ya está, que me ibas a preguntar? Me dijo sonriente
-Mira en el departamento he escuchado rumores de vos, que no te favorecen este día por haber salido a recorrer con migo. Sabes que no soy de los que se les dio una escoba y dos meses mas tarde les dieron una pistola 9mm para salir a la calle.
-Si, ya me habían advertido, que sos antivigi y que enviaste preso hace menos de dos meses a un comisario por corrupto. Pero..., a que viene todo esto?, se seguía sonriendo, pero ya estaba mas nervioso. Sus pupilas también temblaban de un lado a otro.
-Haremos un trato tu te entregas y yo no te mato. Que dices?
-Pero... de que ablas! yo no hice nada!
Y desenfundo rapidamente su pistola y me apunto a la cabeza mientras se bajaba despacio de la camioneta. Lentamente me acomode la escopeta apuntando su pecho, a solo dos metros, la distancia que nos separaba, entonces el jalo la cola del disparador y disparo hacia mi, pero el proyectil no salio.
Entonces le dije.
-Ya vez cuando dormías vacié tu cargador y me asegure de que tampoco tengas una en recamara, es por eso que la corredera esta hacia atras. pero de los nervios ni te diste cuenta.
-Ok!, Ok!, me rindo! pero debe ser un error! por que me estas arrestando?
-Llevas colgado como amuleto, junto a la cruz de Cristo el anillo de una chica desaparecida hace meses, como fuiste tan idiota! Por tu insolencia de estar portando algo tan sagrado como la Cruz de nuestro señor Jesucristo y sin tener idea de cuanta responsabilidad sagrada representa debería matarte aquí mismo y luego decir que te resististe al arresto, o ser juzgado con la espada de Prusia y extrangularte con la misma cadenilla. Dios se apiade de tu alma.
-Perdón!! perdón!! me rindo no me mates!!
-Claro que no voy a matarte sin motivos, soy policía, no soy un delincuente.
Luego le puse las esposas con cuidado de que no intentara nada y lo instale en el asiento de atras. Tuve un error en no revisarlo todo antes de dejarlo atras solo, y esposado, no fue suficiente esa medida de seguridad, mientras me dirigía a la comisaria con mi excompañero, vi por el espejo que rapidamente se paso las muñecas esposadas de atras hacia adelante y que algo intentaba sacar de su bota y efectivamente saco un cuchillo simple del tipo tramontina, esos que tienen el mango de madera, no estaba a mi alcance, pero detuve el patrullero para asegurarme, pero fue demasiado tarde se degolló frente a mis ojos. Cuando le grite "-no lo hagas" . Ya era demasiado tarde, su cuello era un vertedero de sangre imparable, lo único que tenia en ese momento era una camisa, pero fue imposible detener la hemorragia. murió en mis brazos.
Claro que asi fue como relate su muerte en la jefatura, sin embargo tambien pude haberlo matado yo mismo, acaso a alguien le importara la diferencia, cuando el resultado es el mismo?
(c) Héctor A. Palavecino, fragmento del libro "La espada azul", 2015.- ISBN: 978-987-33-7591-0 / 978-987-33-8866-8