lunes, 25 de mayo de 2015

Mis amigos me llaman Héctor, para otros soy Robocop !


En aquellos tiempos las rutas se patrullaban solos, yo siempre iba bien armado por si acaso.

Una vez intercepte una trafic que acababa de robar en una estación de servicio en la ciudad de Campana, los espere así como se ve en la foto en un puente que esta frente  a una planta Cementera aproximadamente en el Km 86 de la ruta 9, por radio se escuchaba que eran seis los delincuentes, solo espere la camioneta por si acaso, arriba de el puente. De pronto con mis prismáticos veo que se asercaban a gran velocidad por Ruta 9 mano a provincia, cuando enfoco su patente efectivamente eran los asaltantes, porque coincidía con el mensaje que se retransmitía a cada momento por el radio, entre ruidos y chasquidos se escuchaba claramente, "-Patente Francisca,Guillermina,Kilo,Nada, Primero,Octavo". en la nomenclatura del código de transmisión policial y por la capa 2, que era una banda muy común en la zona.
Lo que menos imagine es que se saldrían de la ruta para subir este puente, y cuando se encontraron de frente con esta imagen se detuvieron a 15 metros mas o menos, solo les advertí con un grito sin usar el altavoz:

 -Bajen todos de la camioneta, tienen derecho a rendirse o a morir!

Pensé que se iban a resistir, pero increíblemente comenzaron a bajar con las manos en alto y en la nuca y despacio se recostaron boca abajo sobre la ruta frente a la camioneta. Conte en total cinco hombres de entre 25 y 40 años, pero yo sabia que podría haber uno dentro esperando un descuido mio al momento de esposarlos para matarme, recordé que por radio habían dicho que eran seis, conocía todas las mañas del ambiente delictivo. Entonces mientras les apuntaba al grupo con  un Fusil Uzi de culata rebatible y que la conocíamos como "fusil para" en mi mano derecha, con una escopeta del 12-70 en mi mano izquierda apuntaba hacia la camioneta, les dije también con un fuerte grito:

-Arrastrensen hasta 5 metros delante mio sin quitar las manos de su cabeza.

Como unos gusanos hacían lo que podían y en menos de un minuto ya estaban prácticamente frente a mi, entonces les dije:

-Diganlen a su compañero que se baje ya mismo y se coloque como ustedes, porque desde donde estoy cuento hasta 10 y juro que te transformo la camioneta en un 4 de Julio!

-1,2,3..4..5...

Cuando conté 5, invertí en un solo movimiento sincronizado la forma en que les apuntaba, con mi izquierda les apunte al grupo y con la derecha arroje dentro del patrullero el fusil, y tome el lanzagranadas que era impresionante a los ojos de cualquier mortal, ya estaba cargada por supuesto, para estos casos, la llevaba siempre preparada con un obsequio de mi ultima pasantía de perfeccionamiento a Israel de el año anterior con una granada nepal, altamente inestable por su fecha de vencimiento, igual  la llevaba ansioso por usarla en todas mis guardias. Los delincuentes abrieron bien grandes los ojos y hasta uno comenzó a temblar y otro se orino encima, Y seguí la cuenta.

-6, 7....

-Me rindo!! por favor!! me rindo!!

Y bajo el 6to bandido. luego se comenzó a sentir las sirenas de el resto de los patrulleros, les hice señas y me ayudaron a esposar a todos.


(c) Héctor A. Palavecino, fragmento del libro "La espada azul", 2015.- ISBN: 978-987-33-7591-0


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